En las crisis más grandes desaparecen de nuestro entorno personas, dándonos cuenta las que realmente nos aman. Esas que bajo la esperanza, fe y confianza nos alientan a seguir teniendo las fuerzas para sanar nuestra salud.
Precisamente, porque nadie es capaz de salvarse a sí mismo, siempre necesitamos un apoyo, un guía, que nos sirva para tener la energía suficiente de seguir en el camino hacia la meta de la curación. O al menos, mejorar nuestra calidad de vida. Quizás, este sería el perfil de actuación más adecuado, pero la verdad real no es esta.
Mujeres que padecen cáncer de mamá o ginecológico son víctimas de severa violencia psicológica, incluso física. El principal motivo por el que quieren una rápida reconstrucción de senos se hace en función de recuperar la seguridad que han perdido, por ser señaladas y abandonadas, principalmente por su pareja.
Cerca de un 70% de las mujeres que tienen una enfermedad grave, como es cáncer de mama o ginecológico, son víctimas de violencia, no necesariamente física, la comunicación no verbal también agrede. El apoyo es muy importante, no tanto por vanidad, sino por su autoestima. Es muy lamentable que sean las propias parejas quienes no sientan empatía y alimenten con más dolor emocional a las mujeres.
Varios detalles son los detonantes de este proceso: no comprenden la enfermedad, no se ocupan de estar informados, no se ponen en los zapatos del otro ser. Suelen estar representados por perfiles narcisistas, egoístas, sin sentimientos de culpa, cuando deberían ser su mayor apoyo para enfrentar el problema oncológico y salir adelante de la mano.
La familia, el resto de los integrantes, asumen una postura de consuelo y acogimiento, pero para una mujer sentirse rechazada por su propia pareja interfiere en su pronta recuperación y en un mayor avance en su tratamiento.
Un 80% de las mujeres que han sido víctimas del cáncer de mama, incluso sin ser mutiladas, sienten el rechazo y la incomprensión; es necesario que se cuente con más centros de apoyo mutuo, ya que tanto en este como en otros problemas de salud, sociales y psicológicos es importante contar con la orientación y la solidaridad de alguien que esté pasando por lo mismo, para sentirse identificados y no cubrirnos tanto por un especialista, “sin dejar de valorar sus servicios profesionales”.
Estas personas que padecen alguna enfermedad oncológica se vuelven más vulnerables, se sienten agredidas, violentadas y obligadas a cumplir con sus parejas en el campo sexual. Como seres humanos estamos en una situación en donde la mayoría ejercemos violencia, sobre todo del tipo psicológica, y es consecuencia de la pérdida de valores, porque pensamos tanto en lo material, en lo personal, que nos olvidamos de los demás. Hace falta ser menos egoístas, valorar la vida y ser más humanos.
«Un 80% de las mujeres que han sido víctimas del cáncer de mama, incluso sin ser mutiladas, sienten el rechazo y la incomprensión»
Estas personas reciben un impacto que los hacen entrar en shock cuando se les comunica que tienen un tumor, hiperplasia, carcinoma dentro del estadío que sea. La sensación de que se “les va la vida”, está llena de miedo, incertidumbre, dolor, sentimientos encontrados. Muy pocas personas, tienen la actitud positiva de afrontarlo con firmeza, entereza y apostar a ser vencedor/a.
Cuando se procede a los estudios pertinentes y se decide una intervención quirúrgica, todos creen que ya pasó lo peor. No, aquí comienza una andadura ardua de trabajo, de apoyo, de medicamentos con muchos efectos secundarios. De cuidados para paliar la enfermedad y equilibrar las emociones que se generan a diario. Si a esto le añadimos que en nuestro hogar, en nuestro entorno, la comunicación es de hacerte sentir que estás débil, con comentarios: «Pobre, tiene buena cara».
Recuerdo a alguien que cuando le decían «¡Qué bien te veo, tienes buena cara!» Ella respondía: «Es que el problema lo tengo en el útero». Violencia también es cuando acosamos a preguntas dando veredictos erróneos de superación. Consejos para que mejoren (con la mejor intención), pero para eso ya están los especialistas.
Las personas que padecen alguna enfermedad oncológica se vuelven más vulnerables
Cuando se necesita ayudar a un paciente sea del género que sea, sin olvidar que existe cáncer de mama en varones, cáncer testicular. Y también son violentados porque no son activos sexualmente, porque se les cae el patrón determinado de «VARÓN».
Después de entrevistar a varias mujeres, con edades comprendidas entre 46 y 53 años, madres, casadas en el momento del diagnóstico, se obtiene un resultado de que, en algún caso, la paciente se convertía en un «estorbo» para su esposo y finalizaba, después de un carcinoma de mama con metástasis en pulmones, hígado y huesos, en un divorcio. En este caso, el maltrato había sido de años empeorando en el momento de la incapacidad.
El resto, además de los agravantes normales como cambios hormonales debido a los medicamentos y emocionales, había un denominador común: la aceptación y la excelencia en el aspecto laboral. Para todas era libertad, expresión y sentir plenitud al desarrollar su profesión. Aquí está el detalle de la importancia de la independencia e igualdad en el campo económico y laboral.
Si quieres ahondar en el tema de la violencia, pincha en este enlace: https://www.landbactual.com/violencia-de-genero-fracaso-de-una-especie/
Fotos: Pixabay/Revista Salud y Cardiología