A Paqui le emociona ver como una hoja en blanco se convierte en un mezcla de colores al instante. Es el milagro de las artes gráficas. Estaba bastante segura de que moriría de tristeza después de la muerte de su esposo hace veintiún años. Tiene una familia “pequeña”, como ella misma cuenta cuando habla de sus dos hijos, su nieto y su nuera. Lucha por permanecer en un negocio masculinizado y tradicional, y no entiende mucho de marketing digital o redes sociales. Aunque su imprenta ya se ha incorporado al mercado digital, y a las nuevas tecnologías, ella le toca la puerta a los clientes y les mira a la cara. Paqui Cabrera sonríe mientras conversa conmigo como si me conociera de toda la vida.
No me niega sus lágrimas, ni los malos momentos, «que de esos también tenemos todos». Paqui Cabrera no encuentra tropiezos en la vida, ella les llama aprendizajes.
“Cuando murió mi esposo lo pase fatal, yo me pensé que podía con eso, con la imprenta. Me decían ¿la vendes? y yo dije no, yo sigo con ella y con el personal que había”, pero llegó y descubrió que no sabía cómo hacerlo.
Comenzó a valorar mucho el trabajo comercial, que hasta entonces no entendía. Pero conocer el negocio, a los clientes, o al personal no fueron los únicos retos. Paqui Cabrera se metía de cabeza y sin saberlo, en un contexto masculinizado. En un sistema de códigos patriarcales en el que dirigir una empresa y ser mujer eran incompatibles.
“Un día fui a visitar a un cliente. Me dice ‘que tal guapa’, y me pareció extraño. Cuando me voy a ir me dice ‘¿oye Paqui por qué no te vienes conmigo a Alemania?’, le pregunté si no tenía esposa y me respondió ‘sí, pero que mas da’. Mira me metí a llorar en la oficina de al lado que era de una amiga abogada. Cuando le cuento se ríe y me dice que era normal. Que encontraría montón de cosas así, que ella iba a un juicio por ejemplo y lo primero que hacían era ponerle la mano en la rodilla, ‘yo se la quito, y sigo hablando’, me dijo”.
Paqui Cabrera narra este momento como uno de tantos, y me dice que lo superó adaptándose a esa realidad en la que los hombres no estaban acostumbrados a que una mujer dirigiera una empresa. Y encontró la salida en la superación, nadie como ella conoce su negocio. “Ahora ya puedo con todo, soy valiente, me siento una campeona”.
Una mujer enamorada de su trabajo
Litografía Imprenta Solano fue su salvación cuando se detenía el mundo para Paqui Cabrera. “Me ha dado vida”. Encontró en el trabajo la motivación para seguir adelante y aprender. “Le estoy tan agradecida a esta empresa que no tendré palabras para agradecerle lo que ha hecho por mi. Me ha dado vida eso de levantarme cada mañana, arreglarme y llegar aquí a lidiar con el personal, con el cliente…he ido aprendiendo porque no tengo estudios universitarios pero de la vida tengo un máster. He aprendido que el camino tiene de todo. Que te digan que no de vez en cuando, que te lleves un chasco o que no te paguen por tu trabajo. Es la vida, ya está, no hay más”
Actualmente Paqui Cabrera es la única mujer que dirige una litografía, al menos en Canarias. “Ahora ya te aceptan pero cuando yo empecé hace veintiún años iba a reuniones donde participaban por ejemplo cincuenta hombres y la única mujer era yo. Le he echado coraje, no te creas…hoy en día soy una enamorada de las artes gráficas, es algo divino. Siempre lo digo, es divino, metes un papel en blanco por un lado y te sale a color por el otro, es divino. Es un trabajo lindo de verdad, que pena que no haya oficio ni gente siguiéndolo. Debería de haber una escuela de formación de artes gráficas, no la hay”.
“Le he echado coraje, no te creas”
“Al principio no le di mucha importancia al premio si te digo la verdad. Todas mis amigas me decían ‘Paqui que eso es un gran premio, el Premio a la Integridad”. Paqui Cabrera se refiere al reconocimiento que recibiera durante la primera edición de los Premios ASEME Canarias. Durante el XXXI Congreso Iberoamericano de Mujeres Empresarias (CIME) celebrado en noviembre de 2021, ASEME Canarias reconoció el trabajo y los resultados de las mujeres empresarias, directivas y profesionales de las islas.
Un par de meses antes se publicaba el libro Mujeres Empresarias Canarias en el que Paqui Cabrera también participó. Otra experiencia que relata con orgullo. “Escribimos un libro las empresarias. Tengo cuatro páginas dentro del libro, y me enorgullece que me vean así. Me siento seria y formal, no engaño a nadie, me preocupa que el trabajo se entregue y nada que soy muy formalita”
Paqui Cabrera es una mujer enamorada de su trabajo, de su empresa y de su familia. Sus planes para el futuro los tiene muy claros. “Mis empleados me preguntaban hace unos días sobre los planes que tenía para la empresa, y ya se los he dicho, hijo mío, moriré con las botas puestas, y ustedes estarán aquí trabajando conmigo hasta que me muera, no pienso cerrar nunca ni me voy a jubilar».
«Si te digo que no he llorado te miento, porque ha sido muy difícil, pero he encontrado también mucha gente buena que te ayuda y a mi también me gusta ayudar. Los momentos difíciles son aprendizajes, no tropiezos. Yo aprendo de todo hija mía, me encanta”.
A Paqui Cabrera le emocionan los colores, se levanta a las seis de la mañana cada día para luchar. “Trabajo mucho, que nadie me ha regalado nada”. Lloró alguna vez en la oficina de una amiga, y nunca viajó a Alemania con aquel ‘colega’. Lo hizo sola para aprender sobre su negocio. Le encanta visitar a sus clientes y tomarse un café con ellos. Tiene un premio, cuatro páginas completas en un libro que le enorgullece y un ángel. Así le llama ella a su nieto. Si fuéramos a crear una versión impresa de lo que significa ser una mujer valiente, sin dudas Paqui Cabrera sería el diseño original.
Fotografía de Portada e interior: Cortesía de la entrevistada
Mujer, cubana y periodista. En ese orden está bien. Licenciada en Comunicación Social por la Universidad de La Habana. Realizadora de audiovisuales con experiencia en Televisión. No concibo contar historias sin imágenes, así vivo, en imagen y sonido.
Emigrar hacia España, concretamente hacia Gran Canaria, ha sido un punto y aparte en mi vida profesional y personal. La experiencia vital que representa “volver a comenzar” ha reorganizado mis expectativas y mi manera de entender al periodismo. L&B Actual es un resumen de todo aquello que aprendí; y de mi constante curiosidad por el mundo en el que vivo. Este viaje es fascinante y a estas alturas yo podría ser de cualquier sitio.