Recientemente he conocido una teoría especialmente curiosa sobre lo doloroso que resulta nacer. Llorar antes que reír puede ser una condición fundamental para que nos enganchemos mucho más a la tragedia que a la comedia. Omayra Cazorla, actriz y monologuista canaria ha desarrollado esta percepción tan particular para asegurar que es más complicado aprender a reír que aprender a llorar. Así es que no estaría mal pedirle al universo que nos permitiera a los seres humanos nacer riendo y no llorando. Omayra Cazorla sospecha que si la risa fuera tan innata como lo es ahora el llanto podría cambiar la percepción cultural que tenemos sobre el humor.
“Creo que es más complicado aprender a reír que aprender a llorar porque nosotros cuando nacemos lo hacemos llorando. Lo primero que te van a dar es una bofetada para que respires. Entonces tú ya naces aprendiendo a llorar. Te dicen: venga suerte, tortada, bienvenido al mundo ¿Deberíamos buscar la manera para que en vez de en llanto se rompa en risa? ¿Por qué vas a llegar al mundo así? Yo creo que por eso el llanto, el conflicto y el drama están instaurados en nuestra vida de manera natural”.
Omayra Cazorla lo explica con una secuencia que casi todos conocemos. “Cuando estás viendo un drama mientras más conflicto exista más te enganchas. Y en la comedia pasa exactamente lo mismo. Cuando el humorista se va complicando más te ríes. Es como el payaso. Se sube en una escalera, se enreda, no puede bajar, le dan otra escalera, se intenta subir a la otra…ese conflicto que el payaso genera es lo que te hace reír”.
Hacer reír es algo serio
En el panorama de las artes escénicas y del humorismo en Canarias destaca el trabajo de esta actriz que ha despegado su carrera con textos y temáticas apegadas a la realidad y a los personajes cotidianos que somos todos. A la dificultad del género habría que agregar la tendencia cultural de reconocer en los hombres al monologuista e incluso al ‘cuenta chistes’. Y no es una percepción personal, es una realidad que se solapa entre las risas. Una realidad que sufren las actrices y de la que el público es cada vez más consciente ¿Hacer carrera dentro del humorismo es más difícil?
“Ser mujer y trabajar en un medio de hombres realmente es algo que nos sucede a todas, no solamente en el ámbito de la comedia, no somos estrellitas para estar a salvo. Es verdad que cuesta más por el hecho de que muchas veces los hombres buscan a hombres que les hagan reír. No buscan a mujeres. Ahí sí que existe una discriminación que a veces es invisible pero que sí existe…y a las mujeres realmente no les ha quedado otra que asumir que un hombre les haga reír, pero sí es verdad que ahora hay muchas más mujeres que estamos en el humor y por ejemplo, el 89% de mi público son mujeres”.
Omayra Cazorla valora la necesidad de construir referentes para que las mujeres puedan identificarse con un humor en femenino.
La creación de nuevos personajes trae consigo a esos referentes inspirados en la realidad y en nosotras mismas. Los textos y la estética de Omayra Cazorla son una rebelión ante estereotipos y cánones de belleza. Son un cuestionamiento al sistema, a las falsas apariencias y a la mentira. Son un compromiso feminista también y “un interés por la libertad de expresión”.
«A los hombres siempre se les ha permitido ser muy brutos pero en una mujer queda “feo” socialmente. Entonces a lo mejor ellos pueden hablar de temas con total libertad, pero nosotras tenemos que estar atadas siempre un canon de comportamiento social. No puedes decir una palabrota, tienes que ir vestida de una forma porque sino ya te catalogan. Y a mi directamente me da igual si engordo o no engordo. Me da exactamente igual maquillarme o no, es más, prefiero ir siempre natural. Si un hombre no se maquilla porque me tengo que maquillar yo para parecer más guapa, no es necesario, si yo soy guapa. Todo eso lo meto dentro del humor. Me presento a los monólogos desde la naturalidad. Solamente con mi apariencia creo que estoy reivindicando lo que quiero decir aunque a veces el público no se de cuenta”.
Me pregunto si ¿Omayra Cazorla es un personaje que lleva su nombre o sencillamente es ella en estado puro?
“No, tiene partes de mi pero no soy yo. Yo estudié arte dramático y mientras estudiaba me dije ‘¿de que manera yo puedo dejar de esperar para hacer un casting? ‘Yo sabía que no soy el perfil de la típica chica que van a escoger para ser la protagonista de una peli porque no cumplo con los cánones, porque la industria es así. Yo me dije ‘a mí me encanta la comedia, yo puedo dedicarme a hacer monólogos, pero necesito presentarme al mundo’.
Entonces estuve observando durante muchísimo tiempo a las mujeres que viven en la periferia. A las mujeres que no tienen voz y que son las llamadas barriobajeras, las llamadas quinquis, chonis o poligoneras, y que no tienen voz. A ellas es como si les dijeran ‘tu estudiaste en un colegio público a las afueras de la ciudad y vas a trabajar en un supermercado. Eso es lo que vas a hacer, no vas a hacer nada más’. Entonces yo me fijé en ese tipo de personas porque creo que ahí es donde está la esencia. A partir de ellas yo cree el personaje de Omayra Cazorla, que es la que vemos habitualmente en los videos a lo mejor enfadada, muy bruta, diciendo las cosas desde una perspectiva muy realista, muy natural».
La Yeyi no es Omayra
¿Qué dice la Yeyi que no puedes decir tú?
“La Yeyi es un personaje también muy bestia de las periferias. Para llegar al humor a veces tienes que exagerar. La Yeyi es ese personaje exagerado. Yo sí me atrevo a decir las cosas que dice ella, no me hace falta la Yeyi, pero sí me apetecía crear un personaje nuevo para exponer otras situaciones y realidades que están ahí. Para todo eso la Yeyi me viene súper bien».
La transmisión del espectáculo Escándalo Premium a través de la Televisión Canaria y para todo el país supuso un gran paso en la carrera de Omayra Cazorla. “Yo me quedé Wow!!! cuando me lo ofrecieron porque hasta el momento solo se habían emitido monólogos íntegros de hombres, y cuando propusieron emitir un show entero fue tremendo. Es que es la primera vez a nivel nacional, no solamente aquí en Canarias. Normalmente emitían piezas de 10 ó 15 minutos, así es que mira lo estamos consiguiendo».
Sobre la redes sociales reconoce que han sido y son una plataforma fundamental, pero para ella son una herramienta, no el destino final de su trabajo.
“Al final tienes que ser tú y nunca confundir redes sociales con lo que es la realidad porque no tienen nada que ver, y eso mientras que tú lo tengas claro, ya puedes empezar a construir y a trabajar desde las redes. Yo empecé haciendo monólogos en bares y luego a hacer vídeos. Me dije: ‘a ver, si buscan los vídeos voy a llegar a más gente que al final es de lo que se trata para poder trabajar. Al final las redes las utilizo como un medio, no son un fin, mi fin es que tú conozcas que hay una chica en Canarias que hace monólogos y que las redes te ayuden a localizarme, por si quieres ver un show en directo”.
La jerga canaria, su fonética y su regionalidad son intrínsecos en los monólogos de Omayra Cazorla. Y esta autenticidad podría ser una arma de doble filo a la hora de presentarse a públicos no canarios. La discriminación hacia actores, periodistas o presentadores con acentos ‘diferentes’ afecta a profesionales dentro y fuera de España. Una regla obsoleta que ha obligado a muchos a neutralizar su acento para poder trabajar. En el caso de Omayra Cazorla el público acude con cierto entrenamiento a los espectáculos después de verla diariamente en redes. Pero ella agrega otra herramienta.
“Yo llego allí con toda mi jerga, mis palabrotas y quizás digo: ‘comete un millo’, y se quedan como que: ‘no lo cogí’, pero yo lo explico. No dejo de decirlo porque yo soy canaria, yo nací aquí. Lo que no voy a hacer es adaptarlo a un castellano neutro porque no es verdad. Si yo lo que quiero regalar es verdad no puedo hablarte en un castellano neutro porque es que yo soy canaria”.
Omayra Cazorla vive ahora un constante ciclo de presentaciones dentro y fuera de las Islas Canarias. Está disponible para crecer y soñar con nuevos proyectos y personajes. Omayra es de esas emprendedoras de la vida que no se queda corta con las expectativas. Queda hecha la petición al universo: Estaría bien nacer riendo.
Mujer, cubana y periodista. En ese orden está bien. Licenciada en Comunicación Social por la Universidad de La Habana. Realizadora de audiovisuales con experiencia en Televisión. No concibo contar historias sin imágenes, así vivo, en imagen y sonido.
Emigrar hacia España, concretamente hacia Gran Canaria, ha sido un punto y aparte en mi vida profesional y personal. La experiencia vital que representa “volver a comenzar” ha reorganizado mis expectativas y mi manera de entender al periodismo. L&B Actual es un resumen de todo aquello que aprendí; y de mi constante curiosidad por el mundo en el que vivo. Este viaje es fascinante y a estas alturas yo podría ser de cualquier sitio.