Cuando estamos disfrutando de un espectáculo musical, no imaginamos toda la labor organizativa que hay detrás. Lisa Montesdeoca lo sabe porque lleva muchos años trabajando en este sector y se deja la piel en cada evento para que primen la calidad y la seguridad. A los 14 años se despertó en ella la curiosidad por el mundo de las imágenes y más tarde la fotografía se convirtió en su pasión y su profesión.
Ha estado muy vinculada al mundo audiovisual y al de la música. Dirige Proyectos Musicales y SIMPAC. Su energía y su simpatía son arrolladoras. Defiende con vehemencia sus puntos de vista, tiene un gran sentido del humor y muchos sueños en el tintero. Su curiosidad innata la lleva a investigar y a atreverse con nuevos proyectos. Cuando termina de organizar un espectáculo musical o de hacer fotos y vídeos, le gusta cocinar, las manualidades, la artesanía, el bricolaje, irse a la playa, al cine o leer un buen libro.
«Cuando organizo eventos musicales, es música con la que la gente puede socializar»
¿En qué consiste el trabajo de una organizadora de eventos y espectáculos musicales?
Tienes que tener la capacidad de vincular la música con el espectáculo. Cuando organizo eventos musicales, es música con la que la gente puede socializar, son eventos muy vinculados con la sociedad, con el ocio, que la gente salga a divertirse. Una premisa que tengo muy clara es la seguridad de los espectadores, de los artistas. Luego hay que tener grandes dosis de paciencia, no porque los artistas sean especiales sino porque, aunque tengas una cosa muy bien organizada, puede haber un contratiempo. Hay que ser muy creativa, resolutiva y buscar soluciones sobre la marcha.
¿Qué te motivó a dedicarte a esta profesión?
Me motivó mi profesión de fotógrafa. Estudié en Madrid y luego vine para Las Palmas. Trabajé en un laboratorio fotográfico y tenía mis inquietudes personales de hacer una fotografía artística. Pero, fue gracias a Sindo, mi pareja, que es músico pues él me pidió que hiciera fotos de los conciertos. Esto hizo que me vinculara con el mundo musical y que lo sintiera más desde dentro, desde que ellos están en el backstage hasta que salen a actuar y terminan. Me vi con capacidad de poder hacer el evento completo, pues en el fondo soy muy ambiciosa, no avariciosa; me encanta competir contra mí misma.
¿Qué tipo de espectáculos prefieres organizar?
Me gustan mucho los eventos familiares y de día por la seguridad. Te hablo de ferias, de encuentros, de exposiciones. Pero me tiro a la piscina por cualquier cosa que me pongan delante, soy muy arriesgada. Me gusta mucho investigar, si no lo he hecho nunca digo: voy a intentarlo. Sin juzgar a nadie, hay ciertos estilos de música que no me gusta organizar por el público que trae, la controversia de los artistas; les tengo más respeto. En línea general, los eventos musicales son los que más me gustan, pero puedo organizar desde un encuentro urbano hasta una feria, lo que me propongan. Hace unos dos años realicé un encuentro de grafitis; no tenía que ver con la música, pero estaba siempre de fondo.
¿Qué es el proyecto SIMPAC?
Es una marca de servicios que abría hace unos cuatro años. Tengo Proyectos Musicales como marca de servicio en estudio de grabación, pero siempre estaba organizando cosas en la calle, así que quise desvincularlos. Como recopilaba un poco los servicios de música, proyectos, actividades complementarias, uní las letras, hice las siglas y salió como lo de “sinpa”, como que te vas sin pagar (Ríe) Luego resultó muy gracioso. A la gente le encanta la camiseta con el logo.
Quise diferenciar el estudio de grabación que es un templo; la gente se cree que es fiesta y no es así, se necesita concentración, seriedad, responsabilidad. Lo mismo ocurre con los eventos en la calle, aunque disfruto con mi trabajo, yo no los disfruto como evento de ocio; mi responsabilidad es los artistas. Disfruto viendo que todo sale bien.
La gente puede pensar que esto es muy divertido, todo el día de fiesta con los cantantes, con los músicos, pero no; hay que tener los pies en la tierra. Cuando trabajas con artistas tienes que dejar que sean los demás los que adquieran el protagonismo; creo que así podemos ser más objetivos los promotores musicales, cuando nuestra misión es hacer que los demás triunfen e, incluso, descubrir nuevos talentos.
En tu haber tienes muchos eventos relacionados con la niñez y la juventud. ¿Qué te aporta el trabajo con niños y niñas?
Suponen primero una dosis de juventud, me llevan hasta mi infancia, hasta la muñeca Nancy. Me encanta reírme con ellos, hacer bromas, payasadas. Son las personitas que más disfrutan de su experiencia en un escenario, porque lo ven como un juego. Es maravilloso siempre y cuando no tengamos a las madres y padres detrás presionando. He trabajado con aproximadamente 500 niños y niñas y he intentado transmitir a los papás y a las mamás que esto es para que disfruten los niños y no para crear tensión ni rivalidad entre ellos.
He hecho concursos de talentos y siempre ha sido muy bonito. Los artistas no suelen comer antes de las actuaciones, pero los niños se ponen morados (Ríe). Hago festivales con hasta 80 niños y niñas; intento que vayan por edades como en el colegio para que se lo pasen bien. Tiene que ser como un pequeño circo pues ellos no lo ven como una profesión o como un concurso, lo ven como una fiesta.
«Ha habido un mundo de hombres en muchas de las facetas de la vida y en muchas profesiones»
¿Crees que la fotografía, el vídeo y la organización de eventos han sido un mundo de hombres? ¿Es posible romper esos estereotipos?
Estas tres profesiones junto con ser médico, piloto, bombero o policía ha estado todo abarcado por los hombres. Ha habido un mundo de hombres en muchas de las facetas de la vida y en muchas profesiones. El monopolio del hombre ha estado y todavía está, aunque hemos ido mejorando. Yo empecé como ayudante de fotografía y la única que tenía estudios era yo, los chicos no. Me ponían a atender al público, pero al final me dieron el puesto de encargada porque también hay que demostrar la valía. Yo tenía 23 años, acababa de llegar de Madrid. No quería hablar demasiado con todo lo que yo hablo (Ríe). Cuando vi que querían escuchar mis ideas fue muy gratificante.
Lisa Montes: de la fotografía al mundo del espectáculo
Yo he estado haciendo un reportaje de fotos con Sindo, mi pareja, él hacía los vídeos y recuerdo que en las bodas iban a hablar con él, en vez de hablar conmigo. Yo con una cámara que era más grande que yo y un flash; y él decía: “la fotógrafa es ella”. Ahí es cuando ves esas pinceladas, la gente no lo ha asumido del todo.
¿Cómo se rompen esos estereotipos? Pues no asimilándolos y rebelándote como la foto, pero con b. En este mundo cuando nos unimos los fotógrafos nos olvidamos del género, pero si tú quieres ser fotógrafa haciéndote un selfie para salir guapa, si creamos ese estereotipo es muy difícil que nos tomen en serio. Tienes que imponerte y demostrar tu valía. Parece que es el hombre el que está detrás de las cámaras y la mujer es la que está delante. No sé si eso se romperá algún día o viviremos con ello el resto de los siglos; es difícil, pero tenemos que seguir en la lucha.
¿De qué manera ha golpeado la crisis sanitaria tu sector?
Ha sido un efecto dominó, aquí hemos caído todos como fichas. Si alguien no se había dado cuenta de que el gremio de la música, o la cultura estamos todos vinculados se había equivocado. Desde el feriante, hasta el del quiosco de roscas, el técnico de sonido, el de vestuario, maquillaje, el peluquero, todos estamos sufriendo las consecuencias de esta pandemia. Está muy bien eso de hacer los conciertos en streaming, pero la cultura no estaba concebida para esto, o por lo menos necesitamos una generación que lo asimile así.
El sector de la cultura estaba relacionado con la hostelería, con el turismo. Ahora el gobierno se ha dado cuenta de que éramos más de los que estábamos apuntados. Todo creaba una especie de sinergia. En mi caso me he desmarcado porque mi premisa fundamental es la seguridad, y más seguridad que la salud no creo que haya otra. Hasta que no den el pistoletazo de salida por completo, el de antes, que yo lo auguro para el 2023. Ojalá me equivoque.
¿Cuál es el proyecto musical de tus sueños?
Como sueño todos los días, me levanto cada día con una idea nueva (Ríe). Pues sería un musical, que mi marido pusiera la banda sonora; me encantaría porque tiene unas canciones preciosas. Me gustaría hacer un proyecto musical basado en alguna historia, tipo ‘West side story’. Trabajar con Sindo codo a codo organizando el vestuario, el casting.
No lo digo por amor, lo digo con objetividad profesional. A lo mejor los culpables somos nosotros que no hemos insistido demasiado en explicar a la gente el producto, o en llevárselo a alguien para que nos patrocine. Tenemos esa vorágine de trabajo, él compone para los demás y yo estoy siempre con los vídeos. Estamos haciendo trabajos para los demás y es verdad que los proyectos personales se quedan en un segundo plano.
Aunque la he entrevistado por zoom, he vivido junto a Lisa cada una de sus emociones y me he contagiado de su optimismo y su alegría. Tiene jiribilla y un duende enorme que la convierten en una persona especial. Como ella misma asegura es combativa, inconforme y creativa. Estoy segura de que quien vea una foto hecha por Lisa Montes, o disfrute de un espectáculo musical organizado por ella, identificará su sello, ese estilo tan personal que saben imprimir los profesionales que ponen el alma y la piel en cada proyecto que emprenden.
Si quieres conocer la historia de otra mujer relacionada con el mundo de la música, pincha en este enlace: https://www.landbactual.com/cira-rodriguez-llevamos-nuestra-musica-en-el-latido-del-corazon/
Fotos: Lisa Montes
Me llamo Belkys Rodríguez Blanco. Sí, un nombre muy parecido al de la reina de Saba, pero soy periodista. Me gradué en la Universidad de La Habana, en la era de la máquina de escribir alemana. Como el sentido común manda, me he reinventado en este fascinante mundo digital.
Escribo desde los once años y ahora soy una cuentacuentos que a veces se dedica al periodismo y, otras, a la literatura. Nací en Cuba, luego emigré a Islandia y ahora vivo en Gran Canaria. Estoy casada con un andaluz y tengo un hijo cubano-islandés. Me encantan los animales, la naturaleza y viajar. En resumen, soy una trotamundos que va contando historias entre islas.