Recuerdo una escena muy angustiosa sobre el hundimiento del Titanic. Fue en una de las versiones cinematográficas que sobre este terrible acontecimiento se hicieron y, en ella, una pareja de ancianos, abrazados en su camarote, esperan la inminente llegada del agua que ya campaba a sus anchas por toda la embarcación. Romántica y terrible a la vez, tengo esa imagen grabada a fuego en mi memoria.
» Hasta los botes de perfume que llevaba el químico alemán, Adolphe Saalfeld, se encontraron en perfecto estado décadas después»
Bautizado por muchos como ‘el buque de los sueños’, el transatlántico británico fue engullido por el mar el 14 de abril de 1912, y arrastró consigo las vidas de más de 1500 pasajeros, así como todo el mobiliario del barco. Según ha publicado el diario El Confidencial, se han encontrado miles de artilugios curiosos que “se pudren en el abandono”. Los restos del considerado uno de los mayores naufragios de la historia ocurridos en tiempos de paz, no se descubrieron hasta 1985 en las profundidades del océano, en la costa de Terranova, Canadá.
Entre los objetos más singulares hallados se encuentra un violín que, según relata la CNN, perteneció al líder de la banda, Wallace Hartley, que se mantuvo tocando una pieza musical mientras el barco se iba a pique. En el año 2013, se vendió por la nada despreciable cifra de 1,55 millones de euros en una subasta en Reino Unido.
Además de este instrumento musical, se encontraron partituras, la campana que dio el aviso del inevitable choque con el iceberg, un abrigo en perfecto estado, un reloj que marca la hora exacta en que se hundió el transatlántico y hasta el menú de la última cena de los pasajeros de primera clase. Este último fue subastado en 2012 y se vendió por 83.000 dólares.
«El mar en su inclemencia se cobró la vida de algunas de las personas más ricas del mundo»
Hasta los botes de perfume que llevaba el químico alemán, Adolphe Saalfeld, se encontraron en perfecto estado décadas después. El sueño de este pasajero VIP era abrir una perfumería en Estados Unidos, anhelo truncado por un bloque de hielo que flotaba a la deriva en medio del océano, y que provocó que aquel coloso que surcaba el Atlántico Norte acabara hundido a 3784 metros de profundidad. El mar en su inclemencia se cobró la vida de algunas de las personas más ricas del mundo y también de cientos de inmigrantes irlandeses, británicos y escandinavos que navegaban en busca de un futuro mejor en Norteamérica.
Por: Belkys Rodríguez Blanco
Fotos tomadas de: Canal Historia y El Confidencial
Me llamo Belkys Rodríguez Blanco. Sí, un nombre muy parecido al de la reina de Saba, pero soy periodista. Me gradué en la Universidad de La Habana, en la era de la máquina de escribir alemana. Como el sentido común manda, me he reinventado en este fascinante mundo digital.
Escribo desde los once años y ahora soy una cuentacuentos que a veces se dedica al periodismo y, otras, a la literatura. Nací en Cuba, luego emigré a Islandia y ahora vivo en Gran Canaria. Estoy casada con un andaluz y tengo un hijo cubano-islandés. Me encantan los animales, la naturaleza y viajar. En resumen, soy una trotamundos que va contando historias entre islas.