El retoque fotográfico es tan antiguo como la propia fotografía. Una de las técnicas más espectaculares es la del coloreado de imágenes antiguas. La primera fotografía a color fue tomada en 1861 por Thomas Sutton, usando un filtro rojo, azul y verde, respectivamente. Pero habría que esperar a 1907 para que Auguste y Louis Lumiere inventaran el autocromo, aunque la película a color no estuvo disponible hasta la década de los cincuenta del siglo XX.
«no todo el mundo veía con buenos ojos que se aplicara color a las fotografías»
A finales del siglo XIX, la fotografía era algo al alcance de muy pocos, y tener un daguerrotipo o un ambrotipo coloreado era símbolo de estatus. Los fotógrafos británicos fueron los pioneros en aplicar color a las imágenes en blanco y negro, pero la perfección de la técnica se debe a los japoneses.
No todo el mundo veía con buenos ojos que se aplicara color a las fotografías, y pronto surgieron detractores que esgrimían que esta práctica anulaba la verdadera identidad de las mismas. Y parte de razón tenían, viendo los artificiales resultados de algunos de los trabajos.
Hoy Photoshop lo ha cambiado todo, y aunque nunca se podrá conseguir la exactitud en el color, se puede crear una sensación de autenticidad que hace que las imágenes pasadas cobren vida, conectándonos con el pasado.
La oficina de la Grand Canary Coaling
A modo de ejemplo he seleccionado una de mis fotografías antiguas favoritas, perteneciente a la FEDAC, y tomada por el fotógrafo Luis Ojeda Pérez en torno a 1907.
Se trata de la lujosa oficina de la Grand Canary Coaling, fundada en 1866 por Sir Alfred Lewis Jones, y ubicada en el muelle de Santa Catalina en Las Palmas de Gran Canaria. La empresa era una filial de Elder Dempster, y se dedicaba al abastecimiento de carbón, reparación de buques, y representación de distintas agencias de viaje.
«la Grand Canary Coaling fue fundada en 1866 por Sir Alfred Lewis»
La resolución de la fotografía invita a recorrer la estancia y detenerse en las cestas de mimbre con correspondencia; en los cuadernos; en los gruesos tinteros, plumillas y palilleros; en los carteles publicitarios; en el canotier; en la máquina de escribir Densmore n. 5…
Hoy les traigo la oficina de la Grand Canary Coaling coloreada, y díganme si el resultado no es aparente. Parece que de un momento a otro los empleados dejarán de posar, para volver a empuñar sus instrumentos de escritura, y anotar en el debe y el haber la libra o la peseta que generaba lo que aquellos preciosos vapores extranjeros traían en las bodegas.
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Fotos: Aportadas por el autor/Blog Ruano en Canarias