El judo suele pasar desapercibido en los medios de comunicación. A pesar de ser uno de los deportes más practicados y a pesar de que los y las judocas han cosechado numerosos éxitos a lo largo de su historia. Si tenemos en cuenta el binomio “deporte invisibilizado” y “mujer deportista”, puede llegar a ser más inquietante todavía.
En el camino del cambio se encuentra el proyecto Las Nieves-Akari, pilotado por Jorge Hernández desde hace más de diez años. Este joven deportista grancanario conoció el judo cuando tenía 4 años. Ahora, con 37, se dedica plenamente al deporte como entrenador encabezando el club, cuya sede principal de entrenamiento se encuentra en el Centro de Enseñanza de Nuestra Señora de las Nieves. En este espacio, asegura, todas las personas son tratadas como iguales, sin importar su género o condición.
La filosofía del club va más allá. Implica a deportistas y al personal técnico y de entrenamiento, pero también a las madres y los padres. Jorge lo tiene muy claro: “si uno de esos pilares falla, el proyecto no va a funcionar”.
Así, el deporte se convierte en una herramienta para transmitir valores de igualdad, respeto, compañerismo y humildad. Valores que “no solo tienen que ver con la disciplina del deporte, sino también con la sociedad”. Valores que tanta falta nos hacen, sobre todo en estos tiempos que corren.
El proyecto Las Nieves-Akari comenzó hace más de 10 años, llegando a formar a más de 500 judocas. ¿Cuál es el secreto del club para conseguir que tantas personas se sientan implicadas con el proyecto?
Mucha gente me dice que el secreto es mi forma de transmitir. Soy una persona muy apasionada y me dedico 100% al judo. La verdad es que mi idea es la de mejorar día a día para que los deportistas se sientan bien y progresen. Yo creo que ese es el secreto: tener pasión por lo que haces. Soy afortunado de ejercer aquello que me gusta.
El club está íntimamente ligado al ámbito educativo. ¿Qué enseñanzas se llevan los niños y las niñas que practican este deporte?
Considero que lo que se llevan es, sobre todo,los valores del respeto, el sacrificio del día a día, el no rendirse ante la adversidad. No solamente en lo que engloba al deporte en sí, sino que se traslada a su vida personal.
El secreto es tener pasión por lo que haces
Las artes marciales y los deportes de contacto, de combate, como el judo, han estado asociados a lo masculino. Esto dificulta a las mujeres su participación en campeonatos a nivel internacional o mundial, principalmente. ¿Crees que en la actualidad es un espacio abierto e igualitario o aún queda camino por recorrer para que la mujer esté integrada al 100% en este deporte?
Buena pregunta. El judo es un deporte olímpico que comenzó en 1964 como judo solo masculino. Hasta Barcelona 92 no se instaló la categoría femenina. Creo que ahora mismo, al menos a nivel nacional, está bastante igualado. La categoría femenina de judo ha dado muchas alegrías al deporte a nivel nacional. Desde Miriam Blanco o Almudena Muñoz a Isabel Fernández, que es de las pocas deportistas que tiene la triple corona: oro olímpico, mundial y europeo.
Nuestro club siempre ha contado con grandes deportistas que tienen dedicación plena y absoluta por el deporte. La primera campeona de nuestro equipo fue Sara Ortega. La primera campeona de España fue Carolina Rivero. La primera medallista cadete fue Zuleima Falcón. Podemos presumir de que somos uno de los clubes en Canarias que tiene muchas mujeres en su equipo que, además, han conseguido grandes resultados.
La categoría femenina de judo ha dado muchas alegrías al deporte a nivel nacional
Pero sí es cierto es que normalmente las mujeres tienen que hacer más esfuerzo que los hombres para llegar a ser deportista de élite…
Yo, sinceramente, no lo contemplo. Lo que puedo respirar y percibir en mi club es que las chicas y los chicos son iguales. Tienen los mismos derechos y las mismas responsabilidades. Cuando hacen las cosas genial, se les aplaude. Cuando no, se les dice que hay que corregir.
Desde siempre he visto que el judo ha sido igualitario en ese aspecto. A la vista está que las mujeres han llegado muy lejos a nivel nacional, consiguiendo logros increíbles. Eso va a ser un punto y seguido. Aunque es verdad que vivir del judo como profesional de competición es muy difícil. Estamos en el camino.
¿El judo como deporte recibe el reconocimiento mediático que se merece?
A nivel nacional, creo que el judo es visto como un deporte minoritario y es un error. El deporte del judo es muy practicado. Es verdad que no es tan mediático. Es una de las luchas que tenemos. Nos falta algo, quizás, a nivel federativo o de club que nos ayude a crear ese cartel mediático que nos merecemos. Hace poco España tuvo el primer campeón del mundo, Nicoloz Sherazadishvili. Y, aunque le han dado cierta repercusión, no tiene nada que ver con otros deportes de equipo que conocemos todos.
En las filas del club se encuentran grandes deportistas que han ganado medallas en campeonatos nacionales e internacionales. ¿Qué requisitos son indispensables para llegar a ser profesional en este deporte?
Para ir subiendo escalón a escalón, desde lo provincial hasta lo internacional, se debe tener primero que nada compromiso. Y el talento es fundamental. Los deportistas tienen que saber, en todo momento, que el judo debe ser una de las cosas prioritarias en su día a día. A partir de ahí es trabajar día a día.
¿Cómo ha afectado la pandemia a los entrenamientos?
Una de las cosas que me piden es tener contacto en los entrenamientos, pero no puede ser. En el club siempre hemos llevado a cabo el protocolo establecido y hemos trabajado en métodos alternativos como el entrenamiento individual. También hemos presentado una propuesta de protocolo a través del Ayuntamiento de Las Palmas. La idea es empezar a entrenar durante 15 días con la misma persona y a las dos semanas añadir dos personas más. Si hubiera un foco, estaría controlado. Un poco hacerles ver que, aunque sea un deporte de contacto, se puede trabajar con seguridad.
solos podemos ir más rápido, pero en grupo llegaremos más lejos
Cuando hablamos de los sueños del club, Jorge no duda en afirmar que, por supuesto, el principal sueño es tener un olímpico. “¿Quién diría hace 5 años que íbamos a tener una judoca cadete en Baku y quién iba a decir que una judoca iba a estar en un campeonato de Europa?”, nos dice con emoción. Esto, además, demuestra que el judo femenino goza, cada vez más, de una salud excelente.
En este camino, el número de mujeres que practican judo aumenta cada vez más. Sin embargo, aún hay mucho camino por recorrer y estereotipos que romper. Parece que en el equipo de Las Nieves-Akari han cogido el relevo de todas las mujeres que han luchado y luchan cada día por practicar este deporte con seguridad y confianza. Por eso, hoy es un club en donde las deportistas se sienten libres para mejorar y desarrollar todo su potencial como judocas. Porque, como dice Jorge, “solos podemos ir más rápido, pero en grupo llegaremos más lejos”.
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Fotos: Yaiza Medero/FB Las Nieves-Akari
Me llamo Yaiza Mederos Norro y nací en Gran Canaria en 1982, tierra donde me he criado. Aunque sé que soy de aquí y de ninguna parte, me siento isleña de corazón, quizás por eso cuando estoy lejos del mar parece que me falta algo. Las mujeres de mi familia, por las que siento un profundo respeto, han sido mi referente en la vida. He margullado toda mi vida entre palabras e imágenes, mis dos grandes pasiones. Llevo casi diez años trabajando como periodista y reportera gráfica en medios de comunicación y en agencias de publicidad. Me encanta la Naturaleza, escribir y viajar. Creo firmemente que la educación, la autocrítica y el amor son aspectos fundamentales para transformar el mundo en algo mejor.