El taekwondo se convirtió en deporte olímpico oficial en los Juegos Olímpicos de Sídney (Australia) celebrados en el año 2000. Se basa fundamentalmente en artes marciales más antiguas como el taekkyeon coreano y el karate-do japonés. Al igual que en otras disciplinas similares, los grados se representan por las llamadas cintas o cinturones de colores, otorgados no solo por la destreza física, sino también por el crecimiento personal de quienes lo practican. Sus significados están relacionados con los ciclos de la naturaleza y constituyen un proceso de maduración emocional.
Según ha publicado la Federación Española de Artes Marciales y Deportes de Contacto (FEAMYDC), los maestros e instructores sitúan los orígenes del taekwondo en el año 50 d.C., época en la que se practicaba el taekkyeon, un arte marcial tradicional de Corea basado en movimientos fluidos y rítmicos, semejantes a los de la danza, que permiten golpear al adversario y hacerlo caer. El taekkyeon fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2011. Arqueólogos japoneses hallaron evidencias de su práctica en tumbas antiguas donde las pinturas murales mostraban a dos hombres en una escena de combate.
Cuentan que viendo películas de Bruce Lee y Jackie Chan, a Adriana Cerezo se le despertó el interés por el taekwondo. Con tan solo 17 años acaba de ganar la medalla de plata en la categoría de menos de 49 kilos, en los Juegos Olímpicos de Tokio. Animada por su abuelo José y a escondidas de sus padres, Adriana se apuntó en el gimnasio de su barrio. Dice su entrenador Jesús Ramal que, hasta que no se presentó al primer examen por un cinturón, ninguno de los dos lo dijo en casa.
Viendo que la niña disfrutaba con la práctica de esta disciplina, sus padres y la abuela la apoyaron muchísimo. Al cumplir los 11 años, comenzó los entrenamientos con Ramal quien asegura que Cerezo no quería competir. Rechazaba la competición porque le provocaba ansiedad. “Entrena para divertirte”, le sugirió él. Al cabo de los quince días, Adriana le preguntó si podía inscribirse en un torneo.
«puede hacer cualquier cosa y la hace porque es muy creativa»
Cuentan que es una chica alegre, que disfruta con cada entrenamiento y en su día libre también quiere entrenar porque eso “la hace feliz”. También aseguran que puede hacer cualquier cosa y la hace porque es muy creativa. Aunque es zurda parece ambidiestra pues golpea igual con las dos piernas y es muy elástica.
En el mes de abril ganó el Europeo en su primera competición absoluta, más tarde arrasó en el Preolímpico celebrado en mayo y ahora ha conseguido su primera medalla olímpica. Sin embargo, este indiscutible éxito de la atleta española, nacida en la ciudad madrileña de Alcalá de Henares, ha tenido para ella un sabor “agridulce” y hasta se ha disculpado por no obtener el oro.
«se convirtió ese día en la primera medallista olímpica española en Japón»
“Me equivoqué y cuando he hablado con mi entrenador lo primero que le he dicho es que lo siento”, ha declarado Adriana a los medios. Cayó en los instantes finales de la competición frente a la tailandesa Panipak Wongpattanakit. Un único movimiento le quitó de las manos la medalla que tanto ansiaba. Sin embargo, Cerezo se convirtió ese día en la primera medallista olímpica española en Japón y ha hecho feliz no solo a sus familiares y amigos, sino a toda una nación.
Además, su actitud frente a la derrota es loable: se acercó a su rival y levantó su brazo para reconocer su victoria. La deportista española lloraba a mares, sin embargo, permaneció en el centro del tatami aplaudiendo a la nueva campeona olímpica. Su comportamiento ha aportado, sin lugar a dudas, un brillo especial a esa plata respaldada por el talento e interminables horas de entrenamiento.
Adriana Cerezo: la discípula de Jackie Chan
Los que la conocen dicen que Adriana Cerezo sonríe siempre y tiene una chispa que la convierte en una persona muy especial. Su maestra y pareja del entrenador Jesús Ramal, la taekwondista finlandesa Suvi Mikkonen, sabe que la joven atleta llegará lejos “por esa hiperactividad, ese no parar y también por sus cualidades técnicas”. Confiesa que aprende de Adriana y está segura de que tiene “mucho más que dar”. La medallista olímpica le contó a Mikkonen que “quiere ser la número uno, pero la número uno de la historia. La mejor de siempre”.
Entre sonrisas y lágrimas, Cerezo se quedó esta vez a las puertas del oro. Pero los que la entrenan y la conocen saben que la joven volverá a brillar sobre el tatami y conseguirá su sueño. La plata que emocionó a tantísima gente es la séptima medalla en taekwondo para España en la historia de los Juegos hecho que, según los expertos, lo confirma como un deporte nacional por encima del judo, por ejemplo.
No faltarán el regocijo y el sufrimiento en los próximos combates, y tampoco las medallas. Aquella niña que disfrutaba viendo las películas de Bruce Lee y Jackie Chan se ha ganado, a sus 17 años y a pulso, un sitio de honor en el deporte olímpico. El gran combate de su vida apenas acaba de comenzar.
Si quieres conocer la historia del olimpismo femenino, pincha en este enlace: https://www.landbactual.com/olimpismo-femenino-una-historia-de-lucha-y-superacion/
Fuente: Periódico El Mundo
Fotos: RTVE.es/La Vanguardia/El Periódico/La Voz de Galicia
Me llamo Belkys Rodríguez Blanco. Sí, un nombre muy parecido al de la reina de Saba, pero soy periodista. Me gradué en la Universidad de La Habana, en la era de la máquina de escribir alemana. Como el sentido común manda, me he reinventado en este fascinante mundo digital.
Escribo desde los once años y ahora soy una cuentacuentos que a veces se dedica al periodismo y, otras, a la literatura. Nací en Cuba, luego emigré a Islandia y ahora vivo en Gran Canaria. Estoy casada con un andaluz y tengo un hijo cubano-islandés. Me encantan los animales, la naturaleza y viajar. En resumen, soy una trotamundos que va contando historias entre islas.