Begoña Barrios Barrera es investigadora Ramón y Cajal de la Universidad de La Laguna (Tenerife). Trabaja en el departamento de Análisis Matemático de la Universidad en el área de las Matemáticas Aplicadas. Estudia ecuaciones en derivadas parciales que aparecen en distintos fenómenos de la naturaleza y que modelizan cosas como, por ejemplo, cómo se mueven los fluidos en el aire, los problemas de elasticidad o cuestiones de cinética. Para ella «ciencia es todo lo que hace que este mundo gire y se mantenga».
Siempre sintió curiosidad por saber cómo funcionaba todo lo que la rodeaba. Eligió Matemáticas y disfrutaba entendiendo lo que aprendía. Nunca sintió que alguien pensara que era menos capaz de estudiar una carrera de ciencias por ser mujer hasta que llegó a pisar puestos de cierta responsabilidad.
La ciencia no tiene género. O eso podríamos pensar. Esta afirmación que, a priori, parecería lógica deja de serlo cuando profundizamos en los datos que rodean a las carreras y profesiones científico-tecnológicas.
«A medida que se asciende en la escala de la carrera académica el porcentaje de mujeres va descendiendo»
El porcentaje de mujeres que eligen dedicarse a profesiones CTIM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) -o STEM, según sus siglas en inglés- va disminuyendo a lo largo de toda la carrera científica. Según el ‘Estudio sobre la situación de las jóvenes investigadoras’, realizado por la Unidad de Mujeres y Ciencia, «a medida que se asciende en la escala de la carrera académica (desde D hasta A), el porcentaje de mujeres va descendiendo […]. Las áreas con menor proporción de jóvenes investigadoras son ingeniería y tecnología (6%) y ciencias de la agricultura y veterinaria (1%)».
Según este mismo estudio solo el 21% de los cargos investigadores de primer nivel dentro de la universidad pública y el 25% en los organismos públicos de investigación (OPIs) españoles están representados por mujeres.
El efecto de la «tubería picada» o la «tubería rota». Las mujeres que eligen disciplinas STEM las abandonan durante sus estudios, durante la transición al mundo del trabajo o durante su trayectoria profesional.
«La carrera académica es muy exigente en otros aspectos, no solo intelectualmente», afirma Begoña. La dificultad de conseguir contratos estables, la exigencia de viajar que llevan implícitos muchos contratos postdoctorales o la maternidad son, dice, algunas de las razones por las que las mujeres no se mantienen en la carrera académica. Compatibilizar, explica, es complicado «porque tienes que viajar, tienes la presión de producir artículos de investigación, los contratos son por un año o dos…»
Destaca también que, a niveles superiores, se suelen dar situaciones muy sutiles de tratos diferentes a hombres y mujeres. «Me presenté a una plaza, junto a cinco hombres y una mujer, y el presidente del tribunal dijo que yo y mi compañera íbamos bien vestidas», explica. «Esto sobra; a ellos no les dicen qué guapo estás. Esto hace que te pongas en una alerta en la que ellos no están», subraya.
Barrios es miembro de la Comisión «Mujeres y Matemáticas», constituida por la Real Sociedad Matemática Española. El objetivo de la comisión es analizar la situación de las mujeres matemáticas en España en el ámbito de la educación y la investigación. Actualmente la forman once mujeres y un hombre de distintas universidades españolas. Dos de ellas trabajan en institutos. Esto les permite tener una conexión con la enseñanza media para saber lo que está pasando «un escalón por detrás».
En el marco de las acciones que realizan se encuentran las charlas en los institutos. Begoña se sorprende cuando el alumnado, sobre todo las jóvenes, le dicen que no «le pega» ser matemática. E incide en que «la motivación en los niveles medios es fundamental». «Las niñas y las jóvenes tienen que ver referentes para que puedan verse proyectadas».
«Las niñas y las jóvenes tienen que ver referentes para que puedan verse proyectadas«
En la Comisión se encargan de redactar boletines semanales en los que comparten entrevistas a matemáticas importantes, tratan problemáticas importantes como el techo de cristal o la conciliación… Además, revisan documentos oficiales para asegurarse de que no se utiliza lenguaje sexista y se aseguran de que haya más mujeres en los paneles de congresos importantes.
«Desde la comisión hemos escrito a organizadores de congresos nacionales e internacionales cuando vemos que los paneles no tienen mujeres», explica. En el mundo de la ciencia y la investigación la posibilidad de que los estudios se realicen con colaboradores es muy alta. Sin embargo, siempre suelen invitar a un hombre, normalmente el de mayor edad. Barrios cree que es la pescadilla que se muerde la cola. «Las mujeres muchas veces dicen que no porque tienen hijos y no quieren ir a dar una charla en Tokio. La pregunta es: ¿el padre de familia va a decir que no a dar una charla por no dejar a su familia?».
La Ley 14/2011, de 1 de junio, de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación recoge en su disposición adicional decimotercera un apartado en el que se especifica que las mujeres no deben ser discriminadas por ser madres. Sin embargo, la realidad es que a las mujeres, que son las que suelen encargarse de los cuidados de sus hijos, las han seguido penalizando por esta razón.
El pasado año, por primera vez, el gobierno incluyó la posibilidad de prorrogar un año el último sexenio vivo por maternidad. El objetivo es evitar la brecha de género en la carrera académica y acabar con la segregación vertical que sufren las mujeres. Barrios asegura que, aunque tarde, es una buenísima noticia y que hay que seguir en esa línea. «Los concursos y las convocatorias tiene que ser sensible y contemplar la maternidad. No se puede penalizar a una mujer porque haya estado un año y medio sin publicar un artículo de investigación», subraya.
Begoña es una amante de la existencia, una apasionada de la vida. Sin duda, la energía y la capacidad de Begoña de transmitir su pasión por las matemáticas y por el mundo de las ciencias es otro punto de luz en esta carrera de fondo. Una guía para que, al final, las mujeres puedan sentirse seguras de que son capaces de hacer lo que quieran.
Si quieres leer la entrevista a otra mujer matemática, pica en este enlace: https://www.landbactual.com/ciencia-no-se-escribe-con-m/
Fotografías: Cedidas por Begoña Barrios/Web Comisión Mujeres y Matemáticas.
Me llamo Yaiza Mederos Norro y nací en Gran Canaria en 1982, tierra donde me he criado. Aunque sé que soy de aquí y de ninguna parte, me siento isleña de corazón, quizás por eso cuando estoy lejos del mar parece que me falta algo. Las mujeres de mi familia, por las que siento un profundo respeto, han sido mi referente en la vida. He margullado toda mi vida entre palabras e imágenes, mis dos grandes pasiones. Llevo casi diez años trabajando como periodista y reportera gráfica en medios de comunicación y en agencias de publicidad. Me encanta la Naturaleza, escribir y viajar. Creo firmemente que la educación, la autocrítica y el amor son aspectos fundamentales para transformar el mundo en algo mejor.