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jueves, 26 diciembre 2024

Santiago Gil: una buena crónica es un ejercicio literario

Las historias de Santiago Gil se mueven entre el periodismo y la literatura. Como él mismo cuenta, prefiere la crónica y el reportaje porque es “puro lenguaje literario”, sin obviar la realidad y la verdad. Este periodista y escritor nacido en Guía (Gran Canaria) recurre muchas veces a la metáfora para narrar lo que late en la sociedad.

Ya sea en una novela o en un artículo, Santiago se adentra en la esencia del ser humano para revelar todos sus matices. Reconoce que en este momento su compromiso está más unido a la realidad que a la ficción. Sin embargo, asegura que la ficción que él cuenta “está anclada en la realidad, es un vaso comunicante con el propio periodismo”. Por eso, las reflexiones que comparte hoy con nuestra revista están relacionadas, entre otros temas, con su faceta periodística.

«La pasión que siento por el periodismo es exactamente igual a la que siento por la literatura»

¿Cómo definirías el tipo de periodismo que te ha identificado durante todos estos años?

El que cuenta la vida que late, la vida que palpita. No es un periodismo de cartón piedra, no es forzado. Creo que el periodismo, que es el reportaje y la crónica, lo que a mí me gusta, está en la calle y es tan fácil como salir a buscarlo; estar atento, escuchar, mirar y las noticias aparecen. Yo creo mucho en el periodismo y en la literatura, pero sobre todo en el periodismo porque es más necesario que nunca.

Hay que buscar la manera de reinventarnos, recurrir al multimedia, al podcast. Creo que las posibilidades son mucho mayores ahora que hace unos años; hay una nueva forma de contar, lo que decía Scalfari, el maestro de periodistas italiano: «Contar a la gente lo que hace la gente».

Santiago Gil: una buena crónica es un ejercicio literario. Foto: Yaiza Mederos

Algunos periodistas que llevan muchos años en la profesión aseguran que el periodismo social o de investigación ha desaparecido. ¿Opinas lo mismo?

Creo que el periodismo social no puede estar en crisis. Si realmente no estamos haciendo el periodismo social con una de las crisis más graves de la historia de la humanidad, mal está el periodismo social entonces. Es más necesario que nunca y tenemos que darle la palabra a la gente a través de los medios, contar las historias, las intrahistorias que son más importantes.

Evidentemente el periodismo establecido durante años se ha olvidado del periodismo social, del reportaje, de contar a la gente lo que hace la gente, como se ha olvidado de los columnistas, de los escritores en los periódicos. Uno compraba los periódicos de un día concreto porque escribía Vázquez Montalbán, o los sigo comprando porque escribe Manuel Vicent o Emilio González Déniz; o sea han sacado a los intelectuales y a los escritores y escritoras en gran parte de los periódicos. A su vez han apartado a ese periodista que quiere aportar algo más que la pirámide invertida.

Santiago Gil: una buena crónica es un ejercicio literario. Foto: Yaiza Mederos

Como escritor, ¿crees que a veces se diluye esa frontera que existe entre el periodismo y la literatura a la hora de contar una historia?

Cuando estaba en el periódico apenas escribía ficción, era tal la pasión que sentía por la profesión, lo que dejaba de mí en las historias que contaba, que no tenía tiempo para la ficción; ni siquiera para escribir un verso. Cuando abandono el periódico, paso a los gabinetes de prensa y no estoy tanto en la calle, vuelve la ficción.

En estos momentos en que estoy a punto de entrar nuevamente en un proyecto periodístico, espero tener una cierta compensación de ficción y realidad. Pero a mí me pide ahora mucho más, mi vida y mi forma de ser en el mundo, la realidad.

Recuerdo que una de las razones por las que dejé el periódico fue porque había noticias que tenía que cubrir con veracidad, como tiene que ser el periodismo por encima de todo, pero uno intuía que detrás había algo más que esa verdad y yo quería contar otras cosas, lo que te permite hacer la literatura.

Una buena crónica es un ejercicio literario, pero no puedes separarlo de la realidad y de la verdad, no puedes hacer ni siquiera juicios de valor; puedes adjetivar, crear imágenes, incluso utilizar metáforas. Creo que ese periodismo se ha perdido. García Márquez lo tuvo clarísimo, decía que sobre todo era periodista y lo que más quería era salir a la calle. La pasión que siento por el periodismo es exactamente igual a la que siento por la literatura.

«el periodismo establecido durante años se ha olvidado del periodismo social»

¿Goza de buena salud la literatura hecha en Canarias?

Me coges en unos días en que he leído la novela que más me ha impresionado en diez o quince años en Canarias. Es una voz nueva, una chica de 25 años. Se titula “Panza de burro” de Andrea Abreu. Cuando decíamos que no estaban muertas ni la literatura ni el periodismo esto es un claro ejemplo.

Andrea es una chica de Icod de los Vinos que vive en Madrid; es periodista y ha hecho una novela prodigiosa que yo comparo en un artículo con “Tres tristes tigres” de Cabrera Infante, porque ha captado la música, los canarismos, unidos a los anglicismos, a las voces de los vídeo juegos, a la televisión, al mundo que tenemos, y ha hilvanado y contado una historia fascinante.

A mí no me gusta etiquetar, no creo en la literatura parcelada. Me considero hispanoamericano, es mi idioma, es donde llego sin traducción. De lo que se está escribiendo en Canarias con esa visión universal, contándonos desde el punto de vista urbano en muchos casos, creo que vivimos un momento creativo bastante importante. Cuando pasen cincuenta o sesenta años, si se sigue leyendo, que estoy seguro de que sí, habrá muchas pistas de cómo éramos.

¿Por qué a estas alturas del siglo XXI tenemos que seguir hablando de lucha por la igualdad de derechos y oportunidades?

Porque no hay igualdad. Hay que seguir hablando de igualdad, no puede dormirse en los laureles nunca, ni siquiera cuando creas que lo has conseguido. Evidentemente hay mucha más igualdad que hace cincuenta años, que hace trescientos y posiblemente más que ayer, pero mañana no sabemos qué igualdad vamos a tener.

Hay situaciones en que te das cuenta de que se ha perdido todo lo que creías haber alcanzado. Pasa con la democracia, con la libertad. Son valores que nunca debemos pensar que están consolidados, sino cada día levantarnos y ser nosotros consecuentes con la igualdad y con la libertad. Hay que estar atentos a la desigualdad que viene ahora con la crisis que estamos viviendo.

Yo tengo una hija y el mundo que quiero dejarle es de completa igualdad, donde no esté por debajo de un hombre si acaba la misma carrera o tiene los mismos estudios y que cobre menos. Eso me consta porque lo he visto con amigas y compañeras de profesión. No podemos permitir que siga sucediendo.

Una buena crónica es un ejercicio literario

Santiago Gil emociona al lector cuando cuenta una historia desde la ficción o la realidad, o cuando habla de feminismo. Detrás del periodista y del escritor hay un hombre honesto, sensible y un lector empedernido que, según sus propias palabras, lee todo aquello que tenga calidad literaria, que no sea un panfleto.

Piensa que a través de la cultura y la lectura conseguiremos una sociedad más igualitaria, más preparada, con criterio propio. No es partidario de “tensar la cuerda hacia un lado y hacia otro respecto a la igualdad de género”, la igualdad debe fluir con naturalidad, y opina que debemos estar muy atentos para salvaguardar la igualdad y la libertad. Comprometido con el periodismo social, en cada uno de sus artículos sigue “contando a la gente lo que hace la gente”, porque en las historias cotidianas descubre, muchas veces, lo extraordinario que ocurre en las calles que recorremos a diario.

Si quieres conocer la opinión de otros profesionales sobre el periodismo social, pincha en este enlace: https://www.landbactual.com/marisol-ayala-treinta-anos-comprometida-con-el-periodismo-social/

Blog de Santiago Gil: https://www.canarias7.es/autor/santiago-gil-3416.html

Fotos: Yaiza Mederos

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Me llamo Belkys Rodríguez Blanco. Sí, un nombre muy parecido al de la reina de Saba, pero soy periodista. Me gradué en la Universidad de La Habana, en la era de la máquina de escribir alemana. Como el sentido común manda, me he reinventado en este fascinante mundo digital.
Escribo desde los once años y ahora soy una cuentacuentos que a veces se dedica al periodismo y, otras, a la literatura. Nací en Cuba, luego emigré a Islandia y ahora vivo en Gran Canaria. Estoy casada con un andaluz y tengo un hijo cubano-islandés. Me encantan los animales, la naturaleza y viajar. En resumen, soy una trotamundos que va contando historias entre islas.

2 COMENTARIOS

    • Muchísimas gracias, Erg. Santiago es un gran comunicador. Un abrazo y gracias por pasar por aquí.

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